Cerca de 1.000 pueblos se encuentran actualmente deshabitados en la provincia de Lugo y más de 2.000 en Galicia. Además, 2.163 aldeas están al borde de perder toda su población, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) extraídos por Eurona de cara al Foro ‘Soluciones Inteligentes contra la Despoblación’. 

Aunque es cierto que el origen de la despoblación que sufre el interior de Galicia responde a un cúmulo de factores generacionales y coyunturales, la falta de recursos y el difícil acceso a servicios básicos obliga a menudo a sus habitantes -y en especial a colectivos vulnerables como los jóvenes y las mujeres- a trasladarse a las ciudades en busca de nuevas oportunidades.

El informe sobre la estructura de la población que publicó el Banco de España es demoledor en cuanto a la despoblación se refiere, también en la provincia. La entidad estima en 17 los municipios lucenses en riesgo de despoblación. 

La mayor parte se concentran en la comarca de la Montaña, donde afecta la Vacía, Cervantes, A Fonsagrada, Navia de Suarna, Negueira de Muñiz, As Nogais y Pedrafita do Cebreiro. En la zona sur, los ayuntamientos en esta situación son Quiroga, Folgoso do Courel, A Pobra do Brollón, Samos y O Incio. 

En la comarca chairega el estudio señala los de Abadín, Muras, Ribeira de Piquín y Xermade, y en la Mariña, lo de Ourol

El informe de la Fundación FOESSA “ ESTUDIO SOCIOLOXICO SOBRE El TERRITORIO RURAL GALLEGO” en el que participaron las 5 Cáritas Diocesanas de Galicia pone de manifiesto, que es necesario promover un desarrollo rural integral que pretenda la diversificación de las economías y sociedades comarcales, ya que así se puede favorecer la repoblación y el rejuvenecimiento demográfico, al generar nuevos empleos y ofrecer un marco de calidad de vida que sea atractivo, no solo para retener los jóvenes y mujeres que emigran de las localidades rurales, sino también para atraer nuevos pobladores o inmigrantes, tanto nacionales como extranjeros.

Nuestro programa de acompañamento de familias en la zona rural tiene dos ejes fundamentales:

– Apoyar las familias para que puedan desarrollarse en su territorio, intentando paliar el aislamiento y soledad que padecen.

– Crear redes de apoyo nos propios territorios que favorezcan la integración de las familias.

Para ello llevamos a cabo distintas acciones:

– Acogida, asesoramiento e información.

– Acompañamiento para el acceso a los servicios públicos.

– Entrenamiento para la realización de actividades de la vida diaria y adquisición de habilidades sociales.

– Realización de alguno arreglo urgente en la vivienda.

– Atención doméstica, apoyo psicológico…..

– Creación de redes de apoyo en las distintas zonas territoriales.