«Enlázate por la Justicia» alerta del impacto de una economía que no pone a las personas y al planeta en el centro

Coincidiendo con la celebración, el 8 de mayo, del Día Internacional del Comercio Justo, la iniciativa «Enlázate por la Justicia» (integrada por Cáritas, Cedis, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes) publica el documento «Las personas y el planeta en el centro de la economía. Los impactos de un sistema económico que no prioriza la vida» en el que alerta del impacto de una economía que no está poniendo a las personas y al planeta en el centro de sus prioridades.

Esta publicación culmina la serie de análisis e infografías que «Enlázate por la Justicia» ha venido sacando a la luz en los últimos meses dentro del ciclo “#ConectaPobreza” para poner de manifiesto la influencia que tienen nuestros hábitos de consumo en la pobreza y en el deterioro del planeta, ya sea el uso del agua, de la telefonía móvil, la alimentación, el transporte o el vestido. Esta última entrega dedicada a la economía cierra el círculo y lanza una mirada sobre el resto de desafíos abordados en el marco de esta campaña.

Al igual que en todo el trabajo desarrollado por «Enlázate por la Justicia» desde su creación, la encíclica Laudato si´ del papa Francisco es la fuente permanente de inspiración. En esta ocasión, es el punto 93 el texto de arranque del documento, donde se señala que “todo planteamiento ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social y el «primer principio de todo el ordenamiento ético-social».

El nuevo documento sobre economía aborda tres causas y otras tantas consecuencias del actual sistema económico que, si bien parte de un enfoque orientado hacia el Estado de Bienestar, más desarrollado en los Estados democráticos y con compromiso en la justicia social, “no ha logrado reducir la desigualdad, proteger la vida, disminuir la discriminación o repartir los bienes, por lo que no contribuye a la felicidad pública”, aunque, en el lado positivo, “el capitalismo ha generado mayores ingresos per cápita, ha reducido los niveles de pobreza absoluta y ha aumentado la esperanza de vida, lo que podemos traducir por un aumento material del bienestar”.

Seguir leyendo en www.caritas.es