«Esta es la primera vez que vengo a pedir ayuda»

Al despacho de Concepción Genoveva Romero entran las personas que llaman por primera vez a Cáritas porque necesitan ayuda. Ella trabaja desde hace 25 años como técnica en el programa de acogida, que se encarga de esa primera toma de contacto y de derivar a los usuarios al tipo de asistencia que mejor se ajuste a sus necesidades. Considera que el covid-19 ha llevado al límite la resistencia de muchos: «Las personas que tenían trabajos irregulares están ahora muertas de miedo».

El perfil de la persona que demanda ayuda para comer o para pagar el alquiler cambia, según apunta, con una crisis de semejante envergadura: «Son más ‘normalizados’, aunque no me gusta mucho esa palabra, pero es gente que tenía trabajo y le costaba mucho llegar a fin de mes. Ahora no tiene ahorros».

Si además esa persona no tiene familia ni amigos que puedan echarle una mano, se encuentra en total desamparo. En esos casos, Cáritas se encarga de gestionar la asistencia al comedor social, así como la entrega de vales canjeables en el supermercado.

«La primera vez»

Johan Arango tiene 27 años y aguarda en el recibidor de Cáritas a ser atendido: «Esta es la primera vez que vengo a pedir ayuda». Vino a España desde Colombia en busca de oportunidades, pero después de un año aquí la pandemia por covid-19 ha terminado de levantar ante él una barrera infranqueable.

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