Voluntariado en familia junto a la frontera ucraniana

Katarzyna Kręglicka y su hija Wiktoria, de 6 años, son voluntarias en el Centro Logístico de Cáritas de Lublin, la novena ciudad más grande de Polonia (muy cerca de la frontera con Ucrania). 

Ante las imágenes de la guerra en Ucrania, Katarzyna decidió que tenía que hacer algo y se puso en contacto con Cáritas. “Algunos días también trabajo en la frontera, ayudando a personas mayores y a madres con sus hijos. No puedo quedarme sin hacer nada y tengo que echar una mano”, asegura.

Día y noche, los voluntarios de este centro logístico de Cáritas en Lublin trabaja a destajo para clasificar, empaquetar y preparar todo el material de ayuda humanitaria que llega de otros países de Europa.

Katarzyna es maquilladora y suele trabajar los fines de semana, pero actualmente, como es Cuaresma, no se celebran bodas, por lo que tiene algo de tiempo libre. Desde la mañana hasta la noche, clasifica los artículos junto con Wiktoria, su pequeña hija. El marido de Katarzyna, Raffo, se queda en caso cuidando de su hija Emilia, de tres años.

Wiktoria está orgullosa de ayudar a su madre. No echa de menos el jardín de infancia. “Es aburrido”, dice. Ya ha distribuido sus propios juguetes a los niños ucranianos, en la estación de tren de Lublin, en los primeros días de la guerra. “Entre ellos estaban algunos de sus juguetes favoritos”, dice su madre. Wiktoria ayuda a clasificar, empaquetar y etiquetar los paquetes. A veces pinta en ellos un corazón para la gente de Ucrania.