Cáritas redobla su apuesta por la dignificación de las personas vulnerables a través del uso de tarjetas monedero y códigos QR en las ayudas a la alimentación

El acceso a la alimentación sigue siendo un derecho inaccesible para una parte importante de la población mundial. Según el último informe de la FAO 2022, en el último año, los efectos de la pandemia, los conflictos y los desastres naturales han provocado que 828 millones de personas estén subalimentadas. Esto supone que 150 millones de personas más viven con hambre respecto a 2021.

Este domingo 16 de octubre celebramos el Día mundial de la Alimentación y un año más, la cita no está exenta de desafíos. A los números del hambre se suman los 3.100 millones de personas que no pueden permitirse una dieta saludable a causa del aumento del coste de los alimentos. La nueva coyuntura inflacionista está afectando a muchas familias vulnerables que no habían logrado superar aún los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia.

En nuestro país, el 23% de la población ha tenido que reducir gastos en alimentación por problemas económicos. Ese porcentaje escala hasta el 59% cuando se trata de hogares en situación de exclusión social, según el último informe FOESSA presentado a inicios de este año con datos a partir de una encuesta realizada en 2021.

“La subida de la cesta de la compra supone un problema para miles de personas, que, con economías precarizadas, viven la angustia de no poder llevar una buena alimentación a sus hogares. Se trata de otra cara de la pobreza que somete a las personas a unas condiciones de maltrato personal y colectivo que deterioran, no solo la salud física y cognitiva, sino también la psico-emocional”, señala María Martínez del programa por el derecho a una alimentación saludable, sostenible e inclusiva de Cáritas Española.

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