Empleadas de hogar: ¿trabajadoras de segunda?

Cuidan de nuestros mayores, de nuestros hijos, limpian, cocinan; con su trabajo facilitan que nosotros podamos hacer el nuestro… sin embargo, sus condiciones laborales son peores que las de otros trabajadores.

Cuidan de nuestros mayores, de nuestros hijos, limpian, cocinan; con su trabajo facilitan que nosotros podamos hacer el nuestro… sin embargo, sus condiciones laborales son peores que las de otros trabajadores.

Algunos datos lo ponen de manifiesto:

• No tienen derecho a cobrar la prestación por desempleo, ni por tanto, las ayudas que se derivan de la misma. Cuando acaba su contrato o son despedidas, pueden tener varios meses por delante sin ningún tipo de ingreso.
• Un 30% de las personas que trabajan en el sector lo hacen sin contrato ni alta en Seguridad Social.
• Su salario es el Salario Mínimo Interprofesional, cobran lo mismo por cuidar a una persona que a tres, tampoco tienen pluses por turnicidad, peligrosidad, nocturnidad..
• La familia puede dar por finalizada la relación laboral cuando lo desee, sin alegar otra causa que desistimiento.
• Las trabajadoras internas soportan jornadas de trabajo de más de 14 horas continuadas y, con frecuencia , no pueden disfrutar de las 36 horas de descanso semanal ni de los días festivos.

Recientemente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado que la exclusión de las empleadas del hogar de las prestaciones por desempleo en España, es contraria al derecho de la Unión. Y sigue diciendo que, puesto que estos profesionales son “casi exclusivamente” mujeres, supone una discriminación indirecta por razón de sexo.

Cáritas y otras entidades que venimos reclamando desde hace años la equiparación total de derechos de las empleadas de hogar, recibimos con cautela este dictamen; es una buena noticia que desde la U.E. se ponga de manifiesto el agravio comparativo que sufren estas trabajadoras pero todavía no vemos el fin de esta situación, hay que seguir esperando a que las administraciones públicas españolas pongan el remedio concreto y eficaz : cambiar la legislación para equiparar al cien por cien sus derechos con los del resto de trabajadores.